Unidos edificando el Cuerpo de Cristo

Bien dijo nuestro Señor Jesús que “una casa dividida nunca prospera. (Mateo 12;25)”. Es por eso, que el Señor nos dejó su Santo Espíritu para que como un mismo cuerpo y en un mismo propósito trabajemos juntos por el crecimiento espiritual de todos los hermanos. En la motivación que el padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín ha traído en el espacio de Hoy es tu día, nos enseña la importancia de construir y proteger la unidad del Pueblo de Dios.

En la carta a los Efesios, capítulo 4 versos del 1 al 7 y del 11 al 13, Pablo exhorta a los cristianos en Éfeso a buscar, mantener y crecer en la unidad del Espíritu a fin de alcanzar la medida perfecta de Cristo. Hoy, el @padreriveros divide su enseñanza en cuatro aspectos importantes para que la Iglesia de hoy trabaje y se fortalezca en unidad.

Andar de acuerdo con la vocación que hemos recibido del Señor, especialmente para convivir con los demás” nos dice el sacerdote eudista. Este aspecto hace referencia a ser amables siempre, a comprender y a tener empatía por todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor, incluso ayudando a sobrellevar las cargas de los otros. El simple hecho de regalar una sonrisa amable y sincera puede aliviar un corazón que sufre en silencio.

Todos estamos llamados a “trabajar por la unidad. Nosotros tendemos a ver parcialmente, pero Dios ve las cosas como un todo” El Señor nos dio dones a través del Espíritu Santo. Cada uno ha sido ungido con dones diferentes que se complementan entre sí. Así como algunos alaban, otros oran por sanidad, otros enseñan y se capacitan en ello y otros dedican su vida a llevar el evangelio, a otros el Señor les dio la capacidad de administrar, crear, proponer y dirigir para que juntos, al trabajar en equipo logren el bien común de la familia, un proyecto, empresa o sociedad. “La unidad se construye en la relación con los otros. El que trabaja por la unidad, está trabajando por Dios” nos enseña el padre Riveros.

A los creyentes en Cristo nos une una sola fe, un mismo amor, un mismo Señor, un mismo bautismo y un Espíritu. Cuando estos aspectos se entrelazan, ayudan a los hermanos a mantener la esperanza. Mantener la esperanza es muy importante para sobrellevar las vicisitudes de la vida. Cuando tenemos la esperanza, le estamos mostrando al Señor en quien hemos depositado nuestra confianza y es esa esperanza la que nos lleva a ver las dificultades como oportunidades para ver la Mano de Dios. “Mantener la esperanza es saber que siempre habrá una salida, una solución, que Dios siempre abrirá caminos donde pensábamos que ya nada era posible”

No te olvides de servir. Sirve a los demás con la Gracia y el don que has recibido del Señor. Trabaja con amor, haz con pasión todas las cosas, ayuda a alguien, sirve, sirve siempre. Pon tus dones al servicio de los demás y no detengas tu brazo para apoyar a quien se encuentre en necesidad. Recordemos una frase de la Madre Teresa de Calcuta: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”

“Amado Señor, gracias por los dones que me has dado y por la oportunidad de ser parte de tu familia. En este día dispongo mi vida para servir a mis semejantes y a ayudarlos a crecer, pues sé que si ellos avanzan yo también lo haré. Úsame para que tu Reino sea visible a este mundo necesitado de Ti. Mi esperanza eres Tú. Amén”

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