Una Morada inigualable

Cuando estamos agotados del ruido de la cuidad añoramos un tiempo en el campo; o cuando el ambiente de trabajo se torna denso, nuestro anhelo es estar en nuestro hogar rodeados de nuestra familia. Pero hay un lugar en donde el ser humano puede deleitarse y hallar paz, un lugar que una vez conocido ya nada se compara con él.

El padre Javier Riveros, sacerdote eudista y director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín, durante la emisión del programa Hoy es tu día, nos ha compartido una palabra que nos llena de gozo y esperanza, una invitación a adorar en un lugar sin igual: La Casa del Señor.

El Salmo 84 nos ofrece una descripción completa de la Casa de Dios. En este pasaje, el salmista nos habla con profunda emoción de la belleza de este lugar y del profundo anhelo de su alma por estar allí.

“La Casa de Dios es un lugar amable y acogedor, y hay lugar para todos” nos dice el @padreriveros. El Santuario del Señor es un lugar de puertas abiertas, hermoso, en donde la Presencia del Señor habita y se puede disfrutar sin reservas. Aquí, hasta la Naturaleza encuentra un lugar para adorar a su Creador con gratitud. El Templo del Señor es el espacio donde tú puedes refugiarte, donde puedes hallar descanso, donde eres aceptado tal como eres.

En la Casa del Señor podemos sentirnos amados y ese amor nos lleva a cantar, a alabar a Dios, y es en medio de esa alabanza, en medio de esa ofrenda de cánticos que “el Señor va a hacer cosas nuevas en su Pueblo”. Viene un tiempo de renovación sobre la Iglesia, sobre aquellos que le creen al Señor, sobre aquellos que en su corazón anhelan estar en la Casa de Dios día y noche. “Viene un cántico nuevo al corazón del pueblo de Dios. Vamos a cantar canciones en el Espíritu de Dios, vamos a ser adoradores en espíritu y en verdad” nos dice con gozo el padre eudista.

Alegrémonos en los atrios de la Casa del Señor, compartamos en unidad con nuestros hermanos y adoremos en su Santo Templo pues es allí donde está la paz y la fuerza de los hijos de Dios. Cuando te sientas agotado ven, ven a la Casa de tu Padre y permite que Él renueve tus fuerzas. Dios quiere llevarte de poder en poder, de gracia en gracia, de alabanza en alabanza”

“Altísimo Señor, no hay otro lugar en donde quiera estar más que en tu Casa. Permíteme morar en tus Atrios y unir mi voz a la de mis hermanos y a la de tu Creación en adoración a Ti. Amo tu Casa, Amo tu Presencia. Quiero vivir por siempre en tu Santuario y contemplar tu Hermosura. Digno y glorioso eres mi Dios. Amén”

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