Compartir Navegación de entradas AnteriorMateo 22, 1-14: Muchos son llamados, mas pocos escogidosSiguienteMateo 16, 13-20: ¿Quién soy yo para ti? Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.