Compartir Navegación de entradas AnteriorMateo 20, 17-28: No así entre ustedesSiguienteMateo 21, 33-43: Me mataron a mi hijo, ¿qué voy a hacer? Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.