No conviene que el hombre esté solo

Contexto histórico:

El papa Juan Pablo II instituyó la jornada mundial del enfermo hace 32 años, enfatizó en que la Iglesia Universal siempre ha dirigido atención a los enfermos y al mundo del sufrimiento en todas sus manifestaciones.

El Santo Padre resaltó que la enfermedad que muchas veces es vista como una frustración de la fuerza vital, en los creyentes se convierte en una situación que en la fe toma un sentido más profundo. Esta celebración no pretendió en su momento ser un conglomerado de activismo, por el contrario, desea ampliar la conciencia de la contribución del servicio por el que sufre.

También, exhortó a los gobiernos y entidades involucradas a tener muy presentes a todos los que sufren y están enfermos.

Evitando olvidarlos o verlos como un peso para la sociedad.La intención del Papa con esta jornada ha sido clara, resaltar al máximo la misericordia de Dios, queriendo aportar a la construcción de una sociedad en donde todos valgan por igual al ser creados por Él.

También, recuerda que el amor de Dios no se agota en ninguna de las instancias del hombre, por el contrario, Él siempre está y de manera más intensa en los momentos en se vive en total oscuridad.

Nuevas realidades para enfrentar

Para este 2024 el Papa Francisco ha invitado a que no se dejen solas a las personas, desafortunadamente por las distintas dinámicas de la vida, la sociedad y “la cultura del descarte” el ser humano ha sido replegado a terminar sus últimos días en completa soledad.

Por otro lado, se vive una realidad plagada de violencia, guerras y el que en la gran mayoría de los casos puede ser el más peligroso; el individualismo.

También, resalta el valor del personal sanitario el cual entre sus fuerzas por el bienestar del otro. Finalmente, invita a que en esta época los cristianos adopten la mirada compasiva de Jesús, siendo cuidadores de los que están solos, marginados y descartados.

Convirtiendo así la eucaristía en combustible que lleve a sanar las heridas de los demás y poder fomentar la cultura de la ternura y de la compasión.

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