¿Cómo puedo llevar mis problemas con Dios?

Al enfrentarnos a las diversas problemáticas de la vida nos damos cuenta de algo: no tenemos la capacidad para llevar todo a la vez. Llegamos a ciertos puntos de nuestra vida en los cuales no somos capaces de afrontar nuestras luchas, pero el Señor siempre está ahí para respaldarnos.
«No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera.» Is 41, 10
Dios es tan grande con nosotros que Él está en todo momento y en todo lugar cuidándonos, dándonos palabras de aliento recordándonos que no nos deja solos. Sus promesas, que día a día se van cumpliendo, constituyen en nosotros alegría para los momentos de soledad.


¿Qué nos dice el papa?
El Papa Francisco ha hecho hincapié en estas dificultades que atañen a toda la sociedad, pero en concreto a los jóvenes, personas que están inmersos en contextos complejo, los cuales no les permite vislumbrar
Exhortación Apostólica Postsinodal Christus Vivit
#2: Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar. Cuando te sientas avejentado por la tristeza, los rencores, los miedos, las dudas o los fracasos, Él estará allí para devolverte la fuerza y la esperanza.
Los jóvenes están inmersos en realidades convulsas y llenas de juicios severos, de ataques en contra de su integridad, de problemáticas que no son abordadas de la mejor manera y que de una u otra forma atacan su ser y desarrollo como personas.
Las drogas, el suicidio, los hogares disfuncionales, las pandillas, la falta de oportunidades, entre otros problemas se convierten en el coctel perfecto para que un joven pierda el norte de su existencia. Aunque la sociedad nos ofrece soluciones simples antes los problemas, antes las dificultades, desde la fe estamos llamados a construir un mejor porvenir para los demás.
¿Cómo afrontar estas problemáticas?

  1. Reconocer que en mi tengo problemas y dificultades en las cuales debo trabajar.
  2. Buscar ayuda de mi círculo social para que así pueda construir una red de apoyo.
  3. La terapia, la consejería espiritual y la oración son herramientas fundamentales en la vida de la persona que desea un mejor futuro.

Dios está dispuesto a acompañarnos, a guiarnos y sostenernos en los momentos más difíciles. Aunque a veces no resulta fácil, debemos estar en la capacidad de ayudar a los demás, de servir como apoyo, guía y consuelo para esta sociedad que está permeada del dolor, del sin sentido y del descarte.

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