Menos temor, más confianza

Nuestra condición humana está sujeta a emociones y sentimientos. Uno de ellos es el temor. Sentimos temor a lo que desconocemos y no podemos manejar o a aquello que está fuera de nuestro control. En la carta a los Filipenses capítulo 1; versículos del 12 al 14, el apóstol Pablo le da testimonio a los hermanos en Filipos de cómo las dificultades que ha vivido, en vez de detener la tarea de evangelización, han hecho que el mensaje corra con más fuerza y cómo los hermanos se han llenado de confianza para anunciar las Buenas de Salvación aun sin importar sus vidas.

Y es justamente esta situación la que el padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín, toma del pasaje para alentar a la Iglesia de este tiempo a ser valientes, a predicar la Palabra del Señor por encima de las dificultades que se estén viviendo. “Anunciemos el mensaje del Señor sin temor y con más confianza en Dios” nos dice con alegría el @PadreRiveros. Tomemos como ejemplo el valor que mostraron los cristianos de la primera iglesia. Pablo se encontraba preso y no era la primera vez, sumado a esto, la persecución a la Iglesia se vivía con intensidad y muchos que eran apresados no regresaban con sus familias. Pero este escenario no menguó el compromiso de aquellos primeros hermanos en la fe de llevar el mensaje. “Menos miedo, más confianza. Esa es la clave para ver la Gloria del Señor en todas las áreas de nuestras vidas” afirma el padre Javier. No temamos a las dificultades ni las veamos más grandes de lo que realmente son. Es verdad, podemos tener miedo, pero el miedo no puede tenernos a nosotros. En este día hablémosles a las dificultades y con la confianza que el Señor nos a dado al depositar en nosotros su Santo Espíritu, declaremos que esa enfermedad, que ese problema económico, familiar y judicial son oportunidades para ver la Mano de Dios obrar en favor nuestro.

Cada vez que se levante un problema, levanta tus manos y alaba, agradece a Dios por la oportunidad de ver y de ser protagonista de un milagro; así nos lo enseña el sacerdote eudista: “La prueba es la oportunidad perfecta para ver la Mano de Dios obrando con poder a nuestro favor. Vivamos sin miedo, con la confianza y la expectativa de ser testigos de un gran milagro”

Así es. Vivamos por encima del temor, descansando en Dios nuestro Señor, quien cada día nos despierta con su Bendición y nos dice: No temas, Yo te ayudo.

“Padre Santo, en Ti deposito mi vida y mi confianza. Dame tus ojos para ver la oportunidad en medio de la crisis y el milagro detrás del día de la angustia. Sujeta siempre mi mano, no me sueltes ni permitas que te suelte. Eres todo para mí. En este día renuncio al temor y me determino a vivir en la libertad que me da la plenitud de la Confianza en Cristo. Soy libre para dar y adorar. En el Nombre de Jesús. Amén”

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