¿Cuáles son los frutos del Espíritu Santo? ¿Cómo llegamos a vivir como cristianos gracias a estos frutos? ¡Descubramos juntos cuáles son los frutos para prepararnos a Pentecostés!
Los frutos del Espíritu Santo: ¿Cuál es el primordial?
Cuando se habla o se escucha del tema de los frutos del Espíritu Santo nos remitimos a textos como el evangelio de Mateo 7, 16, explicando que por los frutos reconocerán a sus seguidores. En la carta de San Pablo a los Gálatas 5, 22 realiza un contraste donde coloca el fruto del Espíritu (el amor) como contrario a lo que ofrece el mundo. Por ende, como fruto del cual surgirán los otros: la alegría, la paz, la paciencia, etcétera.
¿Cómo vivir los frutos del Espíritu Santo?
En las catequesis se ha enseñado el tema de los frutos del Espíritu (12 en total), los cuales se nos dan en el bautismo para vivir de manera cristiana. Pero ¿Qué es vivir cristianamente? Es encarnar la vida de Jesús, es llegar a ser otros Cristos en la tierra o en palabras de San Juan Eudes: continuar y completar su vida en la tierra. (San Juan Eudes, OC I, 161-162) Los frutos del Espíritu Santo permiten testimoniar en nuestra propia vida, la vida de Jesús. No obstante, desde san Juan Eudes sugiero algunos pasos:
Te ruego que tengas en cuenta que la práctica de las prácticas, el secreto de los secretos, la devoción de las devociones no consiste en apegarse a ninguna práctica o algún ejercicio particular de devoción, sino en tener un gran cuidado en todos tus ejercicios y acciones de entregarte al Espíritu Santo de Jesús y entregarte:
- Con humildad,
- Confianza y
- Desprendimiento de todas las cosas.
Ya sin ningún apego a tu propio espíritu, tus propias devociones, disposiciones y que Él tenga pleno poder y libertad de actuar en ti según sus deseos. Además de poner en ti las disposiciones y sentimientos de devoción que él quiere, de modo que él te lleve por los caminos que bien le parezcan.
De camino a Pentecostés
Dicho lo anterior, la manera en que podemos manifestar la vida de Jesús y sus frutos es entregándonos esto con humildad, confianza y desprendimiento. Que en nuestras vidas (y de camino a Pentecostés) no solo vivamos espiritualmente sino luchar por establecer el Reino de Dios que es incluyente, liberador y dignificador.
La tarea de nosotros
Los carismáticos no podemos quedarnos solo en nuestras asambleas orando y predicando, sino que debemos salir a predicar con nuestras obras a la humanidad. Debemos ser otros Jesús sobre la tierra, ese es el mayor fruto del Espíritu Santo: el amor.
[…] Samuel el cuerno de aceite y le ungió en medio de sus hermanos. Y a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahveh. Samuel se levantó y se fue a Ramá” (1Sam. […]