En un Diálogo Espiritual, el nuevo Arzobispo de Bogotá abrió su corazón a Colombia


El papa Francisco ha designado como nuevo Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia a Monseñor Luis José Rueda Aparicio, un santandereano con más de 31 años de servicio a la Iglesia, viviendo su misión como enviado de Jesucristo, en medio de las periferias y acompañando a la feligresía católica de nuestro país. Los padres eudistas del Minuto de Dios quisieron extender su abrazo de felicitación y reiterar su compromiso de caminar de su mano en el pastoreo de la Iglesia colombiana, y lo hicieron en un diálogo espiritual en el que participaron nuestro director el padre Javier Riveros, el Padre Jhon Mario Montoya y el padre Juan Pablo Mantilla.

Monseñor Rueda aseguró que más que un título, tiene una misión, la misión de seguir evangelizando, de seguir su labor pastoral que ha vivido desde que era párroco, «he aprendido que debemos vivir los pasos de Dios y tener amor siempre a la santísima madre, con la Virgen María uno camina hacia la cruz en vida nueva”, aseguró Rueda Aparicio, contando su especial conexión con nuestra Madre celestial, pues él fue bautizado en la Parroquia María Auxiliadora, de su natal Santander.

Para el Arzobispo, no hay nada más relevante e importante que el Reino de Dios, «propongo siempre tener a nuestros obispos y sacerdotes en cuenta, y recordar siempre las cualidades del Reino de Dios: el amor, la justicia y la paz”, dijo, asegurando también que como Iglesia deben ser guías para la gente, para que puedan encontrar los dones divinos, pues para él la mayor misión de todos los hombres de la Iglesia es ayudar al prójimo a encontrarse con Dios.

Frente a las adversidades y la desesperanza global, Rueda hizo un llamado especial a no dejarnos robar la esperanza, recordando la labor de un sacerdote jesuita llamado Pedro Claver, quien fue oriundo de Tunja y se santificó en el Caribe colombiano; lo recordó de manera especial pues este hombre se dedicó a vivir el dolor de la población afro descendiente en tiempos de esclavitud y se entregó a ellos como comunidad, siguiendo el ejemplo de Cristo nuestro Señor. «Debemos ponernos en pro de nuestra iglesia humana, mostrar el rostro del buen samaritano, estar cerca del que sufre, anunciando la esperanza”, dijo Monseñor, haciendo un llamado especial a tener fe en Dios, porque Él es nuestra roca frente a las adversidades.

El arzobispo dejó saber también que el amor es la cualidad más importante de la Iglesia, “el camino de Dios es de amor, si somos Iglesia debemos ser misioneros, porque si la Iglesia existe es para evangelizar”, afirmó, asegurando también que en estos tiempos de confinamiento hemos podido volver a la principal escuela de humanismo, la familia, «debemos aprovechar este tiempo de iglesia en casa para sacar el mejor provecho y que nuestras familias sean lugares de santificación”.

Frente a su relación con el Papa Francisco, dijo que ha tenido la oportunidad de verlo 3 veces, la primera en un retiro de la Renovación Carismática Católica en Roma, en la cual dialogó con Francisco, dijo también que su segundo encuentro fue en la gira que hizo el Sumo Pontífice por el país, “me emocionó su calidad humana, es espontáneo y muy ameno”, aseguró Rueda, quien finalizó la narración de sus encuentros contando que su tercer encuentro fue después que se golpeó en Cartagena, hace dos años cuando recibió el palio de manos del Santo Padre, allí iniciaba su labor en Popayán; de resto lo ha recibido a través de sus reflexiones, y aseguró también que pronto le escribirá una carta expresando su gratitud y ratificándole su compromiso para seguir sirviendo a la Iglesia.

“Debemos tener la capacidad de llegar a todos los seres humanos, tenemos la misión de acercarnos a nuestra comunidad”, dijo Monseñor, afirmando también que los sacerdotes deben caminar junto con los fieles a través del camino que nos traza Cristo y que como discípulos “debemos tener valentía para anunciar el evangelio”. Hizo un llamado especial a la Iglesia, para ser una Iglesia de santidad, aun cuando no seamos inmaculados, porque “debemos descubrir que somos pecadores pero seguir avanzando hacia el amor de Dios”.

Frente a la situación actual y a su percepción del futuro, el arzobispo dijo que esperaba que la humanidad tuviera una nueva axiología, (percepción del valor de las cosas), «me imagino una humanidad que recordará que lo más importante es la vida”, dijo Monseñor reconociendo la especial labor en aquellos que trabajan en el sector de la salud, por aquellos que «ponen su vida al servicio de la de otros”, e hizo un llamado a estar cerca del otro incluso de aquel que no cree y a alegrarnos de los éxitos de nuestro prójimo aún si este se encuentra lejos.

Para Monseñor, “nuestra conciencia es el lugar donde tenemos más cercanía con Dios, es nuestro sagrario privado” y es allí donde comenzamos realmente a acercarnos a Él.

El arzobispo aprovechó también para dirigirse a aquellos que están privados de su libertad, tanto por secuestros como por la comisión de algún delito, “Dios los entiende porque su hijo Jesús estuvo preso, Pedro estuvo preso y la Iglesia estuvo encarcelada también”, dijo, al tiempo que aprovechó para enviar un mensaje de apoyo a los hermanos del Impec, los sacerdotes, religiosas y misioneros que acompañan pastoralmente a todos los privados de libertad, pidió por las familias de todos ellos y por la protección frente al contagio del Covid-19.

Finalmente, Monseñor se refirió a la obra del padre Rafael García-Herreros y la calificó como un don de Dios para Colombia; a su juicio, es digno de admiración por su capacidad para dejarse guiar por el Espíritu santo; resaltó su gran labor y dijo que admiraba con la pasión que García-Herreros amó a Colombia, y aprovechó también para exaltar su labor y como traspasó la frontera de la evangelización, “su servicio misionero fue constante, es un orgullo de la Iglesia colombiana”, dijo el arzobispo, al tiempo que se sumó a las oraciones que claman por su pronta elevación a los altares por tratarse de un santo de nuestros tiempos. Para él, la obra Minuto de Dios es un minuto que produce paz y salvación y es mensaje de Dios en medio de la agonía y el sufrimiento. El primado de Colombia también aplaudió la labor de la Emisora Minuto de Dios, “estos son los medios puestos por Dios al servicio de la santificación de la humanidad, es el nuevo púlpito, lo necesita la humanidad y lo agradece la Iglesia”, concluyó Monseñor, agradeciendo también la invitación del padre Javier a disponer de ese medio para enviar mensajes de fortaleza y la Palabra de Dios.

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1 comentario
  1. P. Jorge Armando Fajardo

    Gracias a Dios nos ha regalado un pastor según Su Corazón (Jr 3,15).

    Me alegra por este artículo y la acogida de Minuto de Dios. Es un gran pastor. Lo conozco desde su primera parroquia: Albania, Santander .

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