Como seres humanos, el Señor nos ha dado la capacidad de crear, de proyectar y de emprender. Todas estas cosas habitan en nuestra mente antes de pasar al plano de la realidad, pero es en ambos terrenos, el espiritual y el material que el Señor se manifiesta dándonos su aval y su apoyo para hacerlo realidad. En la motivación de Hoy, en el marco de la Semana por la Evangelización, el padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín, nos introduce en este tiempo de edificación en el que el Señor desea construir su Casa, esto es la vida de nosotros sus hijos.
En la carta a los Hebreos, capítulo 3, versos del 1 al 6, Pablo expone la superioridad de Cristo en relación a Moisés. “Moisés ayudó a construir la casa del Señor, pero Jesús vino a traer la plenitud de esa casa de Dios, vino a traer la Gloria de Dios revelada para todos los seres humanos” nos enseña el @PadreRiveros. Moisés fue un instrumento importante en la liberación y posterior constitución de Israel como nación, pero es Cristo que al venir, le da una identidad al pueblo, pues es en Él que todas las promesas dadas por Dios a Israel tienen cumplimiento.
Por lo tanto, “Jesús es el verdadero Constructor de la Casa”, es por Cristo que las cosas son hechas, todo es por Él y para Él. En este tiempo, Jesús sigue construyendo. El Señor nos ha dado su Espíritu para que cada día seamos edificados en el conocimiento y práctica de nuestra fe, siendo guiados en todo tiempo por el Sumo Sacerdote que es Cristo Jesús.
Nuestra vida es construida día tras día como un edificio. Requiere ser cimentada en un suelo rocoso, el cual es Cristo, la Roca Eterna. Luego, fundir las columnas y las vigas que darán resistencia a nuestra fe en momentos de dificultad; y a medida que la Obra del Señor avanza en nosotros, se van haciendo visibles los acabados, aquellos milagros y señales que sirven de testimonio a los demás. Pero todo al final se resume en una vida transformada para Gloria del Padre, por la Gracia de Cristo mediante la intervención del Santo Espíritu.
El Señor utiliza todos los medios para la edificación del Cuerpo de Cristo. Seamos en este día sensibles al llamado de Dios; escuchemos su Palabra y trabajemos en la construcción de la Casa del Señor. Nosotros somos su Instrumento, pero quien edifica es Él, y cuando el Señor edifica a través de nosotros, nos está construyendo según su Propósito y Voluntad. Sé un instrumento en sus Manos y deja que el Señor te use para edificar lo que te edifica.
“Dios de Bondad, gracias por la Obra que haces en mí día tras día. Ven Espíritu Santo y haz de mi corazón una casa agradable para el Padre. Inúndame con tu Poder y úsame para ser un instrumento que edifique la Casa del Señor. Todo es por Ti y para Ti, Mi Dios. Amén”