Seamos artesanos de la paz

Miqueas 4, 1-3 nos da una luz de esperanza para los tiempos tan complicados que vivimos, es por medio de esta Palabra que comprendemos la voluntad del Padre. Él quiere que vivamos en paz, es decir, ser consecuentes con el amor desmedido que hemos recibido y asi mismo poder darlo a los demás.

Para lograr vivir en plenitud esta Paz debemos volver al Señor y que Él sea en el centro de nuestra vida, es aquí en dónde se comprende la profundidad de esta visión. Colocando a Dios como centro de todo seremos instruidos: nuestra mentalidad, nuestro corazón y nuestro ser toma un nuevo rumbo. Estando en la presencia del Señor todo pueblo y nación corregirá su caminar y seguirá sus senderos, es decir, todo tendrá un nuevo sentido y no se necesitará más guerra, pues es Dios en dónde todos verán que no hay necesidad de competencia, ni disputa.

Lo que se uso para la guerra, ahora será usado para construir paz, donde había muerte ahora prevalecerá la vida y siendo consecuentes con lo que se ha recibido todos seremos artesanos de paz con nuestros actos. Estando en presencia del Señor somos llamados a pensar en una nueva sociedad, Cristo nos ha dado su amor y así como lo hemos recibido, démoslo a los demás, seamos artífices de un mejor mundo y mantengámonos firmes en el amor de Dios.

Oremos juntos:

Señor, hoy te reconozco como mi Señor y mi Salvador,

solo en ti encuentro la paz que necesito.

Dame la Gracia de ser luz para los demás, permíteme, crecer en ti,

en tu amor y en tu misericordia.

Apacienta los corazones de los que vienen en tribulación y

permíteme ser artesano de tu amor con la fuerza del Espíritu Santo.

Amén

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