Compartir Navegación de entradas AnteriorJuan 16, 16-20: Tu tristeza se convertirá en alegríaSiguienteMateo 28,16-20: Una fuerza que eleva hacia lo alto 1 comentario Luz Sepúlveda May 22, 2020 - 8:48 am Excelente, que grato recordar cuando parimos nuestros hijos y ese gran dolor transformado en alegría!!! Responder Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.
Excelente, que grato recordar cuando parimos nuestros hijos y ese gran dolor transformado en alegría!!!