Compartir Navegación de entradas AnteriorJuan 15, 26-16,4a: Una escuela del testimonioSiguienteJuan 16,12-15: El Espíritu, maestro de una gran travesia 1 comentario Linda Consuelo Cely Martínez May 19, 2020 - 7:23 pm Qué bendición que bella manera de llevarnos al Señor. Responder Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.
Qué bendición que bella manera de llevarnos al Señor.