Compartir Navegación de entradas AnteriorMujer, nadie te bendice como Dios.SiguienteLucas 4, 38-44: Dios al lado de una humanidad enferma. Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente. El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página. Entradas relacionadasRead moreJesús nos trae la justicia, la miseri...Read moreEl Espíritu de Dios habita en nuestro...Read moreSe inauguró la Clínica de la Paz del ...Read moreEl Minuto de Dios celebrará sus 70 añ...