Los Carismas del Espíritu Santo

La palabra carisma, deriva del griego, con el sentido de regalo y la dádiva gratuita, ha ido adquiriendo una amplia gama de matices en su significado. El papa Pablo VI llamó al Espíritu de Dios “carisma personal”, y algunos teólogos lo han denominado “carisma fundante”, “carisma fontal”, y “Gracia originaria”.

El biblista Alonso Schöckel escribió: “Los carismas son dones específicos del Espíritu, pero el Espíritu Santo es el primer don”. Es lo que afirmó Santo Tomás de Aquino: “El Espíritu Santo, al proceder como amor, procede debido al don primero”. Es Dios que se da, es la donación de Dios que se vuelve fuente de todo don, de toda la generosidad y divina cristiana.

Carismas Fundamentales:

* La filiación adoptiva: Es un carisma de Dios para nosotros. De no ser así, nunca podríamos obtener esa prerrogativa. No la podríamos pagar con todas las riquezas del mundo.

De manera totalmente gratuita, “Jesús dio la potestad de hacerse hijos de Dios a los que creen en su nombre” (Jn 1-12). Nos entregó por su palabra (Ped 1, 23). Lo hizo por medio del Espíritu Santo, que posibilita nacer a una vida nueva (Jn 3,5) y la audacia de llamar al Creador con el nombre de Abbá (Rom 8 14-17; Gal 4, 4- 6).

*La salvación, la redención y el perdón de los pecados: Estas palabras aluden a la acción de Cristo con los hombres y nos recuerdan que nos encontrábamos en la esclavitud, en el pecado, en la muerte espiritual, y fuimos liberados por Jesús. Él rompió nuestras cadenas, pagó nuestro rescate y abrió las puertas de la prisión (1 Ped 1,18).

*La vida nueva: Es una renovación total en el ser y en el obrar. Un despojarse del vestido viejo y revestirse de Jesucristo (Col 3,9-10,12-14) como quien es sanado de la ceguera y encuentra la luz, o curado de la sordera y escucha los primeros sonidos, o como el paralítico que adquiere movimiento o el leproso a quien le desaparecen las llagas.

*La vida eterna: Es un nuevo modo de conocer a Dios. Ahora lo percibimos a través de la fe, pero un día se manifestará a nosotros cara a cara. Sin embargo, ese conocimiento empieza desde esta nueva existencia terrena. Jesús lo dijo: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien has enviado” (Jn 17,3).

Algunos autores llaman carismas a los dones corporales y físicos que caracterizan nuestro organismo o a los 40 psicológicos e intelectuales qué son inherentes a cada individuo en los que se basa el servicio de este puede presentar a los demás mientras árabes realiza plenamente su existir.

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