Infinidad de horas

No te has dado cuenta del tiempo, ni las horas, ni mucho menos de los millones de segundos que Dios ha dedicado para ti. Primero el tiempo que se tomó para pensarte, después, el cómo te iba crear, pues te ha hecho perfecto, así seas alto, bajo, flaco o un poco pasado de kilos, pero te ha dedicado tiempo desde antes de nacer, porque simplemente eres valioso para Él, y aunque a veces no lo creas o te sientas solo, tu Padre está caminando contigo.

Es interesante detenerse a pensar en todo lo que Dios ha hecho por cada una de las personas, pues todo lo que  ves a tu alrededor es creación de sus manos y si te paras frente a un espejo y ves cada detalle de ti, verás que también eres una buena creación, fruto del tiempo de Dios. Al detenerse a pensar en todo ello, y ver la muestra de un amor verdadero, un amor que lo da todo. Diferente  al concepto de amor de nosotros los hombres. Hoy en día amas, pero ese amor no dedica todo el tiempo necesario a aquella persona, por el afán de la vida, se está corriendo con el trabajo, los problemas, infinidad de cosas, que te roban el tiempo, que te van alejando poco a poco de las cosas lindas que debes aprovechar.

A pesar de las muchas cosas,  creo que debes detenerte un instante y darle tiempo al tiempo para ver tu realidad, hacer esas cosas que has dejado pendiente, con el paso de los años. Compartir en familia, sentarse a ver fotos de aquel pasado que te harán sonreír. Dios sabe lo importante que es el tiempo, por ello, te ha dedicado cientos de horas y quiere que tú aprendas de ello. Dale valor a todo. Aprende a pensar las cosas que deseas en tu vida, tiempo para crear y tiempo para hacerlas y saberlas disfrutar, pues tu Padre te disfruta en cada momento, por eso, su mayor regalo es regalarte un día más.

Dios no te pide, tampoco te reclama que hagas lo mismo, eso depende ti, de tu disposición, pero si amas y sabes de todo su amor y manifestado en el día a día con cada bendición, sería bueno que tú hagas lo mismo, dedicar un tiempo para a Dios, no te robes ese tiempo especial para Él. Aliméntate de su Palabra, entra en esa intimidad con la oración, para saber un poco más de Dios, así también descubrirás su grandeza, y su bondad. 

Quiero tocarlo, quiero besarlo, abrazarlo, que usted me bese, que me toque el cabello y me haga dormir, sentirme tranquila, reírme con usted toda la noche si es posible, que me bese el cuerpo, que me toque la cintura, quiero conocerlo y preguntarle tantas cosas… De verdad que lo que le dije ahora me tiene muy confundida

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