Un 27 de julio de 1955, en Rio de Janeiro, Brasil, se llevaba a cabo la I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe con la temática «Vocaciones y formación del clero secular»; desde entonces se han favorecido procesos de evangelización y servicio eclesial, “especialmente estimulada por la presencia y el mensaje de los Santos Padres San Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco» según lo expresaron en un comunicado de prensa desde el CELAM.
La directiva del Consejo ha recordado en la primera Conferencia, que los obispos han descrito el panorama social del pueblo latinoamericano, dejando ver que, aunque se han depositado fondos en él, no todos disfrutan de “tan rico tesoro y muchos de sus habitantes vivían en una situación angustiosa”; por lo cual trataron los problemas sociales, misiones, así como los pueblos originarios, la población afrodescendiente, los inmigrantes y la gente del mar, a esto le han denominado la triple tarea: iluminación, educación y acción.
“Con el fin de difundir la fe y que ésta forme integralmente el pensamiento, las costumbres y las instituciones de nuestro Continente, la Conferencia de Rio de Janeiro consideró indispensable un clero numeroso, virtuoso y apostólico. La escasez de sacerdotes fue analizada como uno de los principales problemas y se hizo un llamado para que las vocaciones sacerdotales se consideraran en todas las Diócesis como la obra fundamental e inaplazable. Con similar preocupación se abordaron los temas del clero nacional, los religiosos y religiosas”, declaraba el comunicado de la Conferencia del Episcopado, recordando la misma también que, “El CELAM, desde este acento fundacional, a lo largo de su existencia, ha favorecido procesos de evangelización y servicio eclesial; su acción se ha visto especialmente estimulada por la presencia y el mensaje de los Santos Padres San Pablo VI, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco, todos ellos han dejado sentir su cercanía y su palabra orientadora en todos los países de nuestro Continente.
Seguimos poniendo a nuestros pueblos en las manos maternales de la Santísima Virgen María, nuestra Señora de Guadalupe y a ella le pedimos su intercesión para seguir avanzando en estos procesos de Evangelización como Iglesia en salida, misionera y sinodal”.