Escuchar para construir consensos

En la actualidad todos hablan de la importancia de escuchar al otro para lograr puntos de coincidencias que allanen el camino para solucionar las diferencias entre los individuos y construir consensos. Se le pide a lo gobernantes que escuchen a sus gobernados. Se le pide a la izquierda que escuche a la derecha y viceversa. A los padres que escuchen a sus hijos, a los hijos que escuchen a sus padres. A los patrones se les pide que escuchen a sus empleados. Todos coinciden en la necesidad de escuchar y de ser escuchados. Algunos se atreven incluso a proponer acciones educativas que nos permitan formar individuos con capacidad de escucha.

En la capacidad de escucha se conoce a un líder, vaticinan otros. Pero en realidad ¿qué significa escuchar para construir consensos?  Planteo la pregunta porque escuchar no es únicamente guardar silencio para que la otra persona exponga sus puntos de vistas sobre un tema en particular.  Escuchar implica un proceso mayor que involucra tanto a la persona que habla como a la persona que escucha y exige   de las partes los siguientes aspectos:

CENTRAR LA ATENCIÓN EN LA PERSONA QUE HABLA.

Parece obvio, pero no es así.  Antes de iniciar la preparación de este documento estuve viendo en la televisión la intervención de un Senador de la República. Me llamó la atención que, mientras     este hablaba, la cámara de la televisión enfocaba a varios de sus compañeros a los que parecía no importarle lo que decía. A pesar de que se trataba de un tema de interés para el País. Permanecían   hablando con la persona de al lado, por teléfono o revisando mensajes. Esta situación se repite en muchos hogares y en las reuniones de grupos pequeños, o lo que es peor, cuando hablan dos personas. Para escuchar es necesario centrar la atención en la persona que tengo al frente y en lo que ella está diciendo.  Además, es un signo de respeto a quien habla y refleja buena educación de aquel que escucha.

TENER EMPATÍA

Es la capacidad de ponerme en los calzados de la otra persona para entender lo que está diciendo y sintiendo.  La empatía se logra por decisión personal y cuando se quiere alcanzar un bien superior. La empatía se debe poner en práctica, incluso, entre personas que ideológicamente piensan distinto.     

PREGUNTAR SIN OFENDER Y SIN PONER EN RIDÍCULO.

Cuando una persona escucha, obtiene información que le permitirá hacer preguntas, no solo para despejar dudas sobre el tema tratado sino para profundizar en la búsqueda de las razones o motivaciones que el hablante quiera mantener ocultas.  Las preguntas que surjan deben centrase   en el tema, no en   los actos presentes o pasados de la persona   que habla.  Volviendo al escenario del Congreso, se ha vuelto costumbre que, junto al debate sobre temas de interés nacional, se ventilan a la luz pública los actos poco santos de las personas que forman parte de los grupos políticos contrarios.  No siendo este el lugar adecuado para hacer denuncias. Si se conoce   algún acto de corrupción u otro se debe acudir a otras instancias.

APORTAR Y COMPLEMENTAR.

Como se trata de escuchar y de construir consensos que permitan alcanzar un propósito superior, por ejemplo la solución de una crisis social, quien habla o expone un tema   tendrá la apertura necesaria para escuchar a aquellos que piensan distinto pero que podrían aportar al tema en discusión.

Aquí no se trata de que   haya ganadores y perdedores. En la búsqueda de consensos no puede haber perdedores. Al contrario, todos deben ser ganadores en bien del fin superior. La imposición de decisiones   que generen heridas en grupos minoritarios hará que a largo plazo se reviertan   cuando esas minorías pasen a nuevas mayorías. Es clave que se acojan las buenas propuestas vengan del sector o de la persona que sea.  Al final todos viajan en la misma barca que puede ser la familia, la empresa, la ciudad o el país.

NO DESENFOCARSE DE LA META.

La meta es aquello que queremos alcanzar, el lugar donde queremos llegar.  Durante la construcción de los consensos   que como hemos dicho implica argumentar, escuchar, preguntar y además se   debe   identificar con claridad a donde queremos llegar, es decir la meta. La meta   debe ser clara y el esfuerzo de cada miembro debe estar enfocado en esa dirección. Suele suceder   que durante el recorrido las personas se distraigan en aspectos secundarios, y pierdan el rumbo. Por eso, cada cierto tiempo se necesario revisar el avance tenido.

DEFINIR RUTAS DE ACCIÓN.

Una vez se construyan consensos se debe fijar una ruta. La ruta, como su nombre lo indica, es el camino que se debe seguir. Incluyo tareas, responsables, tiempos de ejecución y tiempos de evaluación para hacer ajustes que se identifiquen como necesarios.

En teoría estos aspectos son sencillos y como decíamos al inicio bastante obvios, sin embargo son clavea en el proceso comunicativo y para que fluyan se requiere de una gran apertura hacia el otro, se requiere de humildad para aceptar sugerencias y un ejercicio de liderazgo positivo que más que separara as personas busca unir para construir con bases sólidas y duraderas.

Por Bernardo Torres Rodríguez

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