Construyendo juntos la Casa del Señor

En el libro del profeta Hageo, capítulo 2, versos del 1 al 9, se encuentra consignada una palabra profética en la que el Señor motiva a su Pueblo a no temer porque la manifestación de su Poder a favor de ellos será poderosa y de paz. En la motivación para hoy emitida en el programa Hoy es tu día, el director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín el padre Javier Riveros nos invita a tomar esta palabra, a ponerla en práctica y a alegrarnos por las maravillas que el Señor hará pronto en medio de su Iglesia.

“Esta es una Palabra del Señor para su Iglesia en este día: Esfuércense, tengan ánimo y trabajen, este es el tiempo de hacer la obra de Dios” nos dice el @padreriveros. Este es el tiempo de esforzarnos por aquello que queremos, de cruzar nuestro límite y romper ese muro que impide nuestro crecimiento, que ha obstaculizado nuestra vida espiritual, “has tu parte, que Dios hará el resto” El esfuerzo debe ir acompañado de un buen ánimo; no permitas que los errores del pasado minen tu fuerza, que las voces externas roben tu motivación, sigue luchando pero hazlo con una sonrisa; que ni el diagnostico adverso te quite el ánimo de saber que Dios está con nosotros y que Él es nuestra fortaleza, “pon tu mirada en el Señor, Él te está llamando”.

Tus circunstancias pueden cambiar cuando dejar que Dios intervenga, pero Él tiene que encontrarte trabajando. “Trabaja por Dios y para Dios desde el lugar en el que el Señor te ha puesto” afirma el sacerdote eudista del Minuto de Dios. Todos estamos llamados a hacer la obra del Señor y no solamente los sacerdotes sino todos, porque si el Espíritu Santo está sobre nosotros es para llevar al Mundo las Buenas Nuevas de Salvación.

No temamos en hacer nuestra tarea desde el lugar en el que Dios nos ha puesto pues su Espíritu nos acompaña tal como lo ha prometido. Esforcémonos con alegría y trabajemos en beneficio de hacer crecer la Casa del Señor para que su Gloria final sea mayor. Hagamos lo posible, Dios hará lo imposible.

“Señor, hoy me comprometo a dar más de mí, a trabajar con alegría, a hacer la tarea que me has encomendado con diligencia y a apoyar a quienes trabajan a tiempo completo por la causa de Cristo. No temeré porque en tu Palabra has reafirmado tu Apoyo incondicional para conmigo. Llénanos a todos con tu Santo Espíritu y empodéranos para que tu Mensaje haga temblar la Tierra. Hay Poder en tu Nombre. Amén”

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