P. Javier Riveros
Director MD Radio
El tiempo de Adviento es un tiempo de gracia que marca el inicio de un nuevo año litúrgico que nos invita a prepararnos espiritualmente y con obras para celebrar la primera venida de Jesús, es decir, su nacimiento en Belén, de Judá. Este período, litúrgicamente, abarca cuatro semanas, y es un llamado a la conversión, a la esperanza y al encuentro con personal con Jesucristo, que viene a salvarnos. Adviento significa “venida” y nos prepara para salir al encuentro del Señor que viene, que llega, que nace para nuestra esperanza y salvación.
¿Cómo podemos vivirlo de corazón, conscientes de nuestra profunda necesidad de Dios y de transformación en nuestra vida?
Primero, es necesario saber que hay tres advientos:
- El adviento de la primera venida de Jesús: es la preparación al nacimiento de Jesús entre nosotros, cuando el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros.
- El adviento de la segunda venida de Jesús: es la preparación al momento cuando el Señor vendrá como Señor y Juez de la historia, con poder y gloria.
- El adviento continuo de la vida cristiana: es la preparación diaria para recibir al Señor que viene en el hoy de la vida cotidiana y de la Iglesia, a cada uno de manera personal a iluminar la vida.
En los tres advientos la preparación a la venida del Señor que llega se caracteriza por la oración, la escucha atenta de la Palabra de Dios, la apertura a la acción del Espíritu Santo, la conversión de corazón, y las obras con las que vamos a recibir al Señor.
Así el adviento se nos ofrece como un tiempo de esperanza, donde podemos examinar nuestra vida y reconciliarnos con Dios. Estamos en adviento, es tiempo de orar, de esperar, de cambiar, porque el Señor viene.
Estamos invitados a esperar al Señor con paciencia dejando que Dios actúe en nosotros en la forma que Él quiera, pero también lo esperamos de manera activa, haciendo nosotros lo que Dios espera que hagamos, la obras nuestras de acuerdo a su voluntad.
Entremos sin miedo al adviento, como un tiempo de esperanza para renovar toda nuestra vida. La navidad nos traerá la infinita alegría de sabernos amados y acompañados por Dios. Atendamos la Palabra de Dios que nos dice: “Estén siempre despiertos y oren, para que puedan presentarse sin temor delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21,36).
Oración:
Ven, Señor Jesús, llena nuestra vida de tu luz. Prepara nuestro corazón para recibirte con amor y esperanza. Guíanos con tu Espíritu en este camino de Adviento para ser testigos de tu presencia en el mundo. Amén.