En la Iglesia se vive el tiempo de cuaresma y se está próximo a vivir la Semana Mayor. Por disposiciones litúrgicas toda memoria obligatoria se celebra de una manera más acomedida, sin embargo, las solemnidades y fiestas mantienen su decoro.
Patrono de la Iglesia
En este día la Iglesia celebra la solemnidad de San José quien es conocido por ser el padre putativo de Jesús, fue declarado Patrono de la Iglesia mediante el decreto Quemadmodum Deus el 8 de diciembre de 1870 por el Papa Pío IX. Dice el decreto «…Le constituyó Señor y Príncipe de su casa y de su posesión y lo eligió por custodio de sus tesoros más preciosos». La actitud que tuvo el Papa y las reflexiones de los Padres de la Iglesia que se encuentran en la tradición demarcan el designio divino de San José en la Historia de la Salvación.
Hombre justo
Él, que fue un hombre justo y esposo de la Inmaculada Virgen María y custodio de Jesús se le concedió el privilegio de criar junto a María al Hijo de Dios, es decir, ser cabeza de la Sagrada Familia. Teniendo claro el contexto judío y las dudas que se habían sembrado en su corazón, Dios le hablo por medio de su Ángel en sueños confirmando que era la voluntad del Padre que el fuese el cuidado del Hijo. Gracias a esto José se llenó de valentía para abandonarse a la Providencia Divina.
San José es representado con una vara en su mano ya que cuenta la tradición que doce jóvenes pretendían casarse con María y se presentaron ante ella cada uno con un bastón de madera. Al presentar José la suya, esta milagrosamente floreció en manos de la Virgen y ahí se entendió que sería el esposo que se le había designado.