Desde el Génesis Dios ha otorgado la libertad sobre nuestra existencia y nos ha dado la capacidad de que administremos los recursos que Él nos ha proveído. Tener bienes, dinero y adquisiciones no es malo, estos son el medio para obtener un fin. Cuando estos se vuelven nuestro motor de vida, los colocamos como primer objetivo, podemos caer en el error de olvidar al otro en los casos más extremos del mismo Dios.
Al ser nosotros hijos de la luz debemos ser astutos para manejar nuestras finanzas y tener claro que la verdadera riqueza siempre permanece en Dios, es decir, siempre brota de Él y se mantiene en Él. Es por esto por lo que debemos tener una actitud positiva y benevolente frente a lo material, no debemos tacharlo como algo negativo.
Se nos plantean ciertos puntos que nos pueden ayudar en la administración de los bienes materiales:
- La oración: esta nos ayuda a saber pedir con sabiduría, permitiendo que Dios nos brinde los recursos espirituales y materiales.
- Perdonar: un corazón herido no puede anhelar prosperidad, por esto se necesita que sea sanado para que desde el amor que ha recibido, sea capaz de dar a los demás.
- Buena administración: no debemos derrochar lo mucho o lo poco que nos llegue, no debemos despilfarrar en gastos innecesarios.
- La envidia: Dios provee siempre lo necesario para nuestras vidas, quizás a unos más que a otros. Sin embargo, esto no debe sermotivo de división. Sino por el contrario, debe ser alegría para nosotros.
- Solidaridad: El Señor nos da en abundancia para que nosotros seamos capaces de dar a los demás.
Nuestro corazón y nuestra vida debe estar enfocada en alabar y bendecir al Señor por todo lo que nos ha dado y también por lo que nos falta, ya que estando en plena confianza de que Él está en nuestras vidas.
Cuando te preguntas
Que es más fácil hacer el bien o hacer el mal?
Hacer el bien es pensar en los demás, no hacer daño ni aprovecharse de mi prójimo, es actuar ayudar y actuando con responsabilidad y sentiremos tranquilidad, armonía
Sin ego, sin esperar reconocimientos, dejando mis deseos mis prioridades en un segundo plano…
La rumba, el dinero, el mando, el creerse gigolo, alcanzar los lujos que te bombardean cada minuto en las redes a costa de pasar por encima de todos, vivir en unión libre…
No acepto compromisos, no soy responsable, no soy un buen ejemplo para los demás