Jesús es soberano sobre todo los poderes y todas las fuerzas, en ciertas ocasiones hemos dejado de realizar la voluntad del Padre, se ha permitido que otras cosas tomen el lugar de lo que el Señor quiere para nuestras vidas. Es en Jesucristo donde encontramos la reconciliación con nosotros mismos y con el entorno, la guerra se convierte en un despropósito y en un sinsentido de cara al plan del Señor.
Realmente, necesitamos la paz de Cristo en nuestros corazones, cuando nos reconciliamos con y en Cristo nuestra vida tiene un nuevo sentido, toma un nuevo rumbo y adquirimos la responsabilidad de ser constructores de la paz.
Puntos claves
Para trabajar por la paz estamos llamados a colocar en práctica estos puntos:
- La oración: pedirle a Dios que nos regale el Don de la paz, orando en cualquier momento de nuestro día.
- Vivir el perdón: al recibir el perdón de Dios debo ser consecuente y perdonar al otro para quedar libre.
- Paz interior: necesitamos la paz interior y debemos trabajar por ella, buscando la serenidad que necesitamos.
- Palabras de paz: por medio del lenguaje logramos construir muchas cosas, si hablamos bien logramos aportarle de manera desmedida al otro.
- Actos de caridad: donarse al otro, entregarse al otro, para ayudar y hacerle el bien al otro.
Todos estamos llamados a ser consecuentes al gran valor de la vida, esto debe ser nuestro motivador para reconocer las maravillas en el otro. Esto me lleva a reconocer a Dios en los demás y me quita el velo del egoísmo, de la indiferencia. Partiendo de los sencillos actos por el otro, aportamos a la construcción de la paz en el mundo.
