Vive sabiamente

La vida es la suma de decisiones y acciones que llevamos a cabo cada día en favor de un propósito. En la motivación que el padre Javier Riveros nos comparte para el día de hoy, en el espacio radial de la mañana de Hoy es tu día, nos enseña a cerca de la importancia de vivir guiados por la sabiduría y no por los deseos.

En el libro de Proverbios, capítulo 21, verso 26, el autor nos expone una condición del corazón del ser humano, muy ligada a la pereza: el desear cosas con un interés personal pero sin poner manos a la obra, a este deseo desmedido se le conoce como codicia.

“No está mal querer y tener cosas. Lo que está mal es que nuestra vida se centre en esas cosas y que nuestros días se vayan en anhelar y no trabajar” nos dice el sacerdote eudista. No es saludable llevar una vida deseando cosas que solo nos satisfacen a nosotros mismos. Es bueno trabajar por un propósito, pero un propósito que vaya encaminado en ser bendición a los demás. No aprovecha al alma, trabajar y acaparar si al final de nuestra vida no sembramos en otros, no compartimos nuestras adquisiciones con otros, si no utilizamos el fruto de nuestro esfuerzo para ayudar a nuestro hermano necesitado. “Hay otra manera de vivir y esa es dando” afirma el @padreriveros. Preguntémonos cada mañana, ¿yo qué puedo dar hoy? ¿cómo puedo ayudar a otros con lo que tengo en mis manos?

Recordemos que somos justos y la Biblia dice que el justo da y no detiene su mano, Prov. 21;26b, “Cuando se da, se participa del don de Dios en nuestra propia vida” Dar es una prueba de fe; cuando damos estamos declarando que Dios es nuestro proveedor, que Él es quien nos sustenta y que damos porque Dios nos da. No detengamos nuestra mano para dar al necesitado.

El padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín, nos invita a reflexionar en la siguiente pregunta: ¿cómo estamos viviendo nuestros días? ¿Estamos codiciando aquello que tienen otros? ¿anhelamos pero no actuamos en favor de ese anhelo? O ¿trabajamos por cumplir ese anhelo pero su propósito es egoísta? O, al contrario, estamos viviendo una vida de servicio desde la vocación que el Señor nos dio, nuestra vida es constante en la oración, estamos ayudando a otros guiados por el amor y el ejemplo de servicio de Cristo, es decir, si el Señor viniera hoy y nos preguntara, cómo has vivido tu vida, ¿tendríamos una respuesta que alegrara su Corazón? O por el contrario, no sabríamos qué responder.

Hagamos un alto en este día y cambiemos aquello que no está funcionando en nuestra vida y que obstaculiza el mover del Espíritu Santo en nosotros. Pidámosle al Señor sabiduría para vivir una vida que se basa y se goza en el dar, en dar afecto, consejo, apoyo, alimento, una vida que da de la abundancia de su corazón. Revisemos que nuestras acciones muestren al Dios Generoso y Sobreabundante en todo al que seguimos y servimos. Vivamos una vida que nos haga felices y haga felices a otros.

“Señor, en tus manos pongo mi corazón para que sea examinado y transformado para gloria y honra de tu Nombre. Quiero vivir como el justo que da y no detiene su mano. Gracias Padre porque cuando yo doy sin detener mi mano, Tú me das sin detener la Tuya. Me determino a vivir una vida dando, reconociendo que allí está mi felicidad, pues mi dicha y mi gozo es hacer tu Voluntad. Te alabo. Amén”

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