Ha finalizado una de las más grandes competencias que se celebran en el continente americano, la copa américa, un espacio perfecto para que resalte el talento futbolístico de cada país. Es claro, que la competencia es sana y permite que el hombre crezca con el fin de que se pueda superar para afrontar los nuevos retos que van llegando a su vida. A veces perder se ve como algo negativo, resaltando la connotación de que faltó mucho. Sin embargo, esto no es así ya que cuando se sufren momentos de dificultad estos se convierten en los momentos específicos para crecer y potenciar los distintos momentos de la vida.
El Señor quiere que nosotros seamos mejores:
Al tener un encuentro con el Señor en la vida de una persona, se marca un antes y un después. Se tiene claridad de que Jesús viene a dar las mejores herramientas para que seamos capaces de construir una mejor versión de cada uno de nosotros. Esto no resulta del todo sencillo, pero con las palabras que él mismo usa en el Evangelio de San Juan nos dice: levántate y no peques.
Cambiar no es fácil, pero no imposible:
Los cambios muchas veces se convierten en los momentos más complicados de la vida, cuesta adaptarnos y querer escribir una mejor versión de lo que somos. Es difícil aceptar nuestras dificultades, pero estos momentos de intimidad se convierten en la excusa perfecta para poder proyectar de mejor manera el trabajo, para ver hacia donde avanzar y poder dar pasos firmes en la vida.
Cristo te ayuda a cambiar:
Bien dice el Señor: vengan a mí los que estén cansados y agobiados que yo les aligero la carga y les daré un yugo nuevo. El mensaje de Cristo para todos es claro, él quiere que nuestras vidas tengan un sentido distinto, pero solo se logrará cuando nos encomendemos por nuevos rumbos, cuando seamos capaces de salir de nuestra zona de confort y entregarnos plenamente a él.
