El sábado 10 y domingo 11 de agosto en el Teatro Minuto de Dios se reunieron jóvenes, adultos, niños, esposos y familias de la gran familia de la Emisora Minuto de Dios Bogotá. Durante este fin de semana personas de todas las edades recibieron formación sobre la importancia de la sanación familiar.
Partiendo de la realidad de cada uno:
Es claro que la familia es el prospecto de sociedad y en ella se preparan a los infantes para que puedan compartir y experimentar nuevas realidades de su vida. Sin embargo, al pensar en la realidad comunitaria, los problemas, las dificultades y los procesos que se vive en ella debe mirarse la realidad personal. Lo que compone a la persona, su ser, sus traumas, sus alegrías y sus tristezas. Todo esto se expresa en la manera en la que se trata al otro, en cómo se reacciona frente a distintas situaciones y como también se relaciona con su entorno.
La familia, el núcleo común:
La familia se convierte en el escenario en donde se aprende, si muchas veces se experimentaron episodios de violencia, de abuso y de mal trato es muy probable que la persona replique eso en su adultez. Por el contrario, si fue criado en el amor, la atención, respondiendo a las necesidades básicas es una persona que puede tener una mejor relación consigo mismo y con los demás.
La importancia de sanar para poder amar:
Nadie escoge la familia en la que nace, sin embargo, las heridas que se han formado con el paso del tiempo vienen a ser sanadas por el Señor. Él es quien se encarga de transformar las vidas y los corazones de quien lo quiera. Esto sucedió este fin de semana, en donde muchas personas fueron restauradas, recibiendo así el amor de Dios y permitiendo que el Espíritu Santo las renovara y las transformara.