Somos bendecidos para Gloria del Señor

El mundo corre cada día más de prisa. Las labores del hogar, la familia, los negocios, las situaciones del diario vivir, parecen no dejar tiempo para nada más. En la motivación de Hoy es tu día, el padre Javier Riveros nos invita a hacer un alto en nuestras actividades para pensar en todo lo que Dios nos ha dado, pero a su vez “pensemos en lo que hemos dado, estamos dando y podemos llegar a dar; porque hay mucho más por agradecer que por reprochar”.

@elpadrejavi nos comparte la lectura bíblica de la carta a los Efesios capítulo 1, desde el verso 3 al 6; en la cual, Pablo le habla a la iglesia en Éfeso y les recuerda que la bendición más importante que tenemos es ser acogidos como hijos del Padre por medio de Jesucristo, y nos ha escogido incluso “antes de la fundación del mundo”. Y es en este texto que el padre Javier nos guía elevando una alabanza de agradecimiento al Padre por todas las bendiciones espirituales y materiales que ha dado a nuestra vida. Pero el padre Javier también nos recuerda que “las bendiciones materiales son inferiores y están sujetas a las bendiciones espirituales” Examinémonos, revisemos cómo está nuestra vida espiritual. “La voluntad de Dios es que demos fruto para Gloria de Su Nombre y testimonio ante los hombres de que somos discípulos de Cristo” ratifica el padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín.

Por otra parte, las bendiciones no son solamente para que nuestro gozo sea cumplido, antes bien, el gozo se completa cuando nos convertimos en bendición para otros. Hoy es un día para vivir en la plenitud de Su Gracia, para ser libres de toda maldición, ser libres de la “maldición que trae ruina, muerte y destrucción”. El padre Javier nos lleva a declarar que “Hoy toda maldición se quiebra, se rompe, se anula por el poder del Nombre de Jesús. En Su sacrificio la muerte fue derrotada, la maldición fue quitada y toda bendición es traída a nuestras vidas”

Levantemos hoy alabanza al Padre porque nos dio la bendición de Su Hijo Jesucristo y con Él, el honor de ser reconocidos como Sus hijos, hijos que tienen el derecho de acceder al Padre y disfrutar de sus generosas bendiciones.

Alabemos hoy y siempre a Jesús, que por amor dio Su vida para hacernos hijos de Dios. ¡Aleluya!

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