Sobre el sentido pastoral de las bendiciones | Fiducia Supplicans

El 18 de diciembre de 2023 el Santo Padre Francisco, a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha hecho una declaración de carácter pastoral sobre el sentido de las bendiciones. Esta declaración es un recurso pastoral de acercamiento a personas en relación de pareja del mismo sexo, que buscan la ayuda de Dios, a través de una bendición espontánea más no litúrgica; manteniendo firme la doctrina sobre el matrimonio, de manera que se evite cualquier tipo de confusión.

El matrimonio es entendido como la unión exclusiva, estable e indisoluble entre un hombre y una mujer que está encaminado a la formación de la familia y a engendrar hijos; y es en este contexto en donde las relaciones sexuales encuentran su sentido natural y acorde al género humano. Las bendiciones son consideradas como los sacramentales más difundidos, estos tienen como destinatarios las personas y los objetos de culto y de devoción. Desde la mirada litúrgica, la bendición requiere que aquello que se bendice sea conforme a la voluntad de Dios. Los que invocan la bendición están llamados a intensificar su propósito de fe para que este sea más acorde a la voluntad de Dios, en concreto al invocar la bendición sobre las relaciones humanas, se bendice a lo que corresponde a los designios de Dios inscritos en la Creación.

La persona que pide una bendición es aquella que se muestra necesitado de la presencia salvífica de Dios, pedir la bendición es una muestra de confianza de que el hombre no se fía en sus propias fuerzas, sino por el contrario, tiene una gran necesidad del Señor. En el caso de las personas que se encuentran en situaciones irregulares y de parejas de mismo sexo, se les puede impartir la bendición partiendo del reconocimiento de la necesidad de la ayuda divina y que todo lo bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones sean santificado por el Espíritu Santo. La Iglesia como Madre de todos los fieles acoge a los que se acercan a Dios con corazón humilde, acompañándolos con auxilios espirituales que ayudan a que el Padre realice plenamente su voluntad.

Por lo anterior, estas bendiciones espontáneas que pueden surgir no deben estar ritualizadas, son claras que son un medio para hacer crecer la confianza en Dios de parte de las personas que lo piden y de ninguna manera constituyen un acto litúrgico, ni lo llegará a constituir. Tampoco se podrá administrar a la par de ritos civiles de unión; ni teniendo las vestimentas, gestos o palabras propias del matrimonio.

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