El Evangelio de hoy nos llama a ser auténticos, entendiendo que debemos ser transparentes con nuestros pecados y bondades, lejos de las apariencias, y sin buscar ser vistos por las recompensas entre los hombres. Estamos invitamos a actuar en fidelidad a Dios
Entendiendo que lo físico o material no es sinónimo de espiritualidad, puedes llevar consigo una camándula o una cruz en el pecho, pero ello no te hace más o menos espiritual. La espiritualidad está en lo secreto del corazón y Dios nos pide actuar de acuerdo con lo que Él quiere, Él hoy nos está pidiendo el cambio de chip, no hacer las cosas para que nos vean y nos feliciten, si no llenar nuestras acciones de contenido, de misericordia, haciendo lo que corresponde no por ser vistos sino porque es lo que debemos hacer, y tu Padre que ve allí en lo secreto te lo recompensará.
Es también una invitación a mirar nuestra realidad y actuar coherente con ella, cuidando de no desperdiciar nada, aprovechando todos los recursos que tenemos, dejando de destruir el mundo, obedeciendo las normas que nos protegen a todos en estas circunstancias, no por ser vistos por los hombres sino porque nos corresponde hacerlo.