Cada 26 de julio, la Iglesia celebra con alegría a San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. Aunque los Evangelios no narran detalles sobre ellos, la tradición cristiana los ha honrado durante siglos como una pareja fiel, justa y llena de esperanza.
Joaquín y Ana vivieron en tiempos difíciles, pero su fe nunca se apagó. Durante muchos años desearon tener un hijo, y aunque la espera fue larga y dolorosa, nunca dejaron de confiar en Dios. En su ancianidad, el Señor escuchó sus plegarias y les regaló el don más grande: el nacimiento de María, quien sería la Madre del Salvador.
Con amor y entrega, criaron a su hija en un ambiente de oración, respeto y fidelidad a Dios. Su vida silenciosa, lejos de los reflectores, se convirtió en un testimonio de cómo los planes de Dios se cumplen en los corazones humildes y perseverantes.
Hoy, San Joaquín y Santa Ana son patronos de los abuelos y de todas las familias. En su ejemplo encontramos la fuerza para creer cuando todo parece imposible, y la ternura que sostiene y acompaña a las nuevas generaciones en el camino de la fe.
Desde nuestra emisora, elevamos una oración especial por todos los abuelos, pilares fundamentales en nuestras familias, y los invitamos a celebrar con gratitud esta hermosa fiesta que nos recuerda que Dios siempre actúa en el silencio de los corazones fieles.