Compartir Navegación de entradas AnteriorMateo 12, 14-21: Un Dios servidor de la vida inciertaSiguienteMateo 12, 46-50: Jesús no quiere gente que le hable, sino que le escuche 2 comentarios Clara Vargas Jul 19, 2020 - 10:20 am Padre Fidel me gusta mucho escuchar sus análisis de la palabra de Dios; me lleva a vivir ese momento como si estuviera junto a nuestro Señor. Pero qué difícil mantenerse junto a Él. Responder Elsa Esther Castillo Herrera Jul 20, 2020 - 10:34 am Padre Fidel, gracias por trasmitir sus conocimientos. Me edifican mucho. Responder Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.
Padre Fidel me gusta mucho escuchar sus análisis de la palabra de Dios; me lleva a vivir ese momento como si estuviera junto a nuestro Señor. Pero qué difícil mantenerse junto a Él.
Padre Fidel, gracias por trasmitir sus conocimientos. Me edifican mucho.