Compartir Navegación de entradas AnteriorLucas 7, 18-23: ¿Eres tú?SiguienteLucas 1, 26-28: Un si puede cambiar la historia Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente. El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página. Entradas relacionadasRead moreAma a tu enemigo y a tu amigo en el n...Read moreESCALARRead moreDadles vosotros de comerRead moreTiempo del consuelo de Dios