Nuestra fe en Dios debe ser a prueba de todo

Hoy iniciamos el mes con una reflexión que debe estar presente cada día de nuestras vidas, pues es un mensaje de esperanza frente a las diferentes adversidades que se pueden presentar en nuestra vida; en la eucaristía escuchamos la historia de tres hombres que iban a ser asesinados y cuya salvación era renunciar a su fe, pero no lo hicieron y antes de que ocurriera el siniestro, Dios llegó a interceder por ellos.

Esto nos muestra que nuestro Señor es bondadoso y misericordioso cuando seguimos su camino como sus verdaderos discípulos, y aunque muchas veces sintamos que estamos en la peor de las situaciones, no debemos perder nunca la fe y el amor por Dios y su Palabra de vida. Debemos pedir perdón a nuestro Padre por nuestros pecados, confiados de que nos perdonara por su infinita misericordia.

Debemos siempre decir no a todas las tentaciones y males que se aparezcan por nuestro camino, pues no hay nada más valioso que nuestra espiritualidad, y no debemos renunciar a Dios nunca, porque Él es el Señor y dueño de todas las cosas, incluso si nuestras vidas están en riesgo debemos seguir firmes en la fe.

La invitación de hoy es a que no te dejes seducir y no caigas en el mal, a que te mantengas fiel a tus convicciones y recuerdes lo que el Señor nuestro Dios ha dicho: “Quién se mantenga en mi Palabra frente a toda situación es realmente mi discípulo”. Como discípulos del Señor tendremos la Gracia de conocer la verdad del único y verdadero Dios nuestro Señor; aquellos que obedezcan y se mantengan firmes serán libres por medio de esta verdad.

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