El sábado 26 de octubre en la plaza de banderas de Minuto de Dios se reunieron un gran número de personas para celebrar juntos la Eucaristía Mensual de la familia Minuto de Dios y también para consagrarse al Corazón de Jesús y de María.
Una jornada llena de bendiciones:
Este día tan especial que el Señor nos regaló inició con el rezo del Santo Rosario, el cual estuvo presidido por el P. Jorge Moya, CJM. Quien guio a cada uno de los participantes elevando las plegarias a la Madre del Cielo y meditando diversos pasajes bíblicos que aportaron a comprender en mayor profundidad el misterio de Jesucristo.
Se celebró la Santa Misa presidida por el P. Javier Riveros, CJM director de la Emisora Minuto de Dios quien habló sobre el Corazón de Jesús y de María según la espiritualidad eudista. Refirió que este corazón es para todo aquel que desea acogerlo, siendo fuente de amor, bondad, poder y de fidelidad al Señor. También, invitó a todos los participantes a mantenerse firmes en su consagración al Señor y a estar renovándola constantemente.
La jornada concluyó con la adoración al Santísimo y la consagración de todos los presentes al Corazón de Jesús y de María. Fue una jornada de gran bendición para todos los asistentes, que han iniciado un tiempo especial de preparación espiritual que todos estamos invitados a vivir y profundizar por medio de la oración.
Oramos al Padre Celestial para que sean más personas comprometiéndose por el Reino de los Cielos
Oración de consagración:
AVE COR SANCTISSIMUM
Te saludamos, Corazón santo
Te saludamos, Corazón manso
Te saludamos, Corazón humilde
Te saludamos, Corazón puro
Te saludamos, Corazón ferviente
Te saludamos, Corazón sabio
Te saludamos, Corazón paciente
Te saludamos, Corazón obediente
Te saludamos, Corazón solícito
Te saludamos, Corazón fiel
Te saludamos, Corazón
fuente de toda felicidad
Te saludamos,
Corazón misericordioso
Te saludamos,
Corazón, lleno de amor,
de Jesús y de María.
Te adoramos,
te alabamos,
te glorificamos,
te damos gracias.
Te amamos
con todo nuestro corazón,
con toda nuestra alma,
con todas nuestras fuerzas.
Te ofrecemos nuestro corazón,
te lo entregamos,
te lo consagramos,
te lo inmolamos.
Acéptalo y poséelo plenamente,
purifícalo,
ilumínalo
y santifícalo,
para que en él vivas y reines,
ahora y siempre
y por los siglos eternos. Amén.
San Juan Eudes