Estar en el caminar de Dios es estar lleno de vida, de su soplo renovador, por ello, por medio de Jesús, nos deja a su Santo Espíritu, para estar lleno de alegría y gozo, para continuar nuestro camino y sobre todo para estar en nosotros.
Hay momentos complejos, momentos en los que deseamos dejar las cosas tiradas y rendirnos, pero tenemos la fuerza y fortaleza de nuestro Padre que nos acompaña por medio de su Hijo y del Santo Espíritu, así que aquel soplo de vida, que nos dio al momento de nacer, es una bendición y una señal de su amor para continuar nuestro camino.
Aunque a veces dudemos y retrocedamos él siempre nos acompaña y nos recuerda con el aíre que respiramos que estamos vivimos, que siempre hay solución, por supuesta estará ahí para guiarnos con su paciencia y amor.
Sigamos nuestro caminar, somos capaces de lograr grandes cosas, tenemos capacidades para no rendirnos, no estamos solo, somos afortunados porque somos amados y eso nadie nos lo puede quitar, tan solo respira y deja que el Señor te llene de su amor y su Espíritu Santo.