Catequesis: La caridad

El Santo Padre se refirió a la caridad, esta tercera virtud teologal que menciona Pablo en su Primera Carta a los Corintios. En el escenario se plantea la concepción que se tenía del amor para los primeros cristianos, resaltando que en los inicios de la Iglesia existían divisiones, diferencias e incluso exclusiones hacia aquellos que no la compartían. Esto representaba una actitud contraria a lo que se idealiza como comunidad del Señor.

Continuó su discurso resaltando una pregunta fundamental: ¿Qué es el amor? Esta pregunta adquiere gran relevancia dado que el amor se encuentra presente en todos los escenarios de la vida cotidiana e incluso en los medios de comunicación. Sin embargo, se interrogaba al Santo Padre sobre el amor, sobre el ideal del amor que los cristianos poseen, ya que es válido que tengan experiencias como cualquier persona, puesto que son seres humanos. El ágape, en este caso, se convierte en una forma apropiada de expresar el amor, ya que el cristiano tiene la capacidad de «ser capaz» de experimentarlo y de darlo al otro.

Por otro lado, encontramos el amor de Dios, el cual es la fuente que impulsa a encontrarse con el Padre y a compartir con los más necesitados sin importar su condición. En palabras del Santo Padre: «Un amor por el cual nadie amaría». Es por esto por lo que el amor se revela como una virtud teologal y toma el nombre de caridad, la cual no tiene sentido si no se vive desde la experiencia de Dios. Por lo anterior, se puede concluir diciendo que el amor cristiano va en contracorriente contra los preceptos «normales»; es una entrega desmedida sin esperar nada a cambio. Este es el camino que lleva al hombre a pasar por la puerta estrecha y así poder entrar en el Reino de los cielos.

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