Una de las peores noticias que se pueda recibir en estos días es enterarse que puedes ser portador del virus aquel, o que algún familiar o conocido perdió la batalla contra el mismo contrincante, o que algo quizá no vaya bien y se agoten las opciones.
No han sido días fáciles, pero no podemos caer en la tentación de la imposibilidad y dejar ver la oportunidad aún en medio de las situaciones.
Todos los días tenemos asuntos para resolver y respuestas que obtener que debemos comenzar a resolver y no dejar que lo fortuito de la vida nos arrebate la oportunidad de aprender; ninguna noticia por dura que sea de digerir, nunca será más grande que la misma presencia de Dios y su mismo poder y auxilio.
Evitemos de nuestro vocabulario y pensamiento la idea del “ y si yo hubiera hecho…” y mejor ponernos en acción para buscar con alegría y empeño lo que el corazón anhela , lo que el alma busca, lo que sueña el proyecto de tu vida; gran parte de nuestro ánimo debe basarse en los logros por obtener dejando de fijarse en lo pendiente y no obtenido.
Suma ganancias y no derrotas y eso animará cualquier situación y solventará cualquier escollo; rodéate de personas que puedan ser tu “botón” de pánico, a quienes puedas recurrir y que siempre estén ahí para darte su amor, para darte su apoyo; ora incansablemente, para serenar el alma y cancelar el ruido de fuera que disuade y evita que la alegría se pose sobre ti.
Jesús, ha venido a eliminar el miedo con una única fórmula: la alegría y el gozo de saberse salvados, de saberse llamados a ser más de lo que muchos hallan podido pensar que eres, de saberte más que tu mismo pecado que si dejas que permanezca puede desdibujarte y hacerte regresar a la oscuridad.
Todos tenemos una historia, y por eso tenemos mucho de dónde reconocer la obra que ha hecho Dios, tenemos mucho de donde leer el paso de un Dios que no se ha fijado en lo incorrecto de tu acto y mas bien te abre la puerta para una nueva oportunidad para al menos si no se alcanza la perfección, se aleja uno de lo malo.
Estoy positivo, a pesar de las noticias, a pesar del dolor, a pesar de todo; estoy bendecido, para completar el modo y manera correcta de enfrentar la vida.