En un día como hoy, partió hacia la Casa del Padre este gran sacerdote. La Familia Eudista y la Emisora Minuto de Dios, quieren rendirle un homenaje, dándole gracias al Señor por la obra realizada a lo largo de su existencia. El padre Darío fue un servidor incansable y un amigo de la casa, por eso queremos resaltar cada uno de esos valores y talentos que puso al servicio de nuestro Salvador y de su pueblo, en especial, siendo pionero en la Renovación Carismática Católica.
El Padre Darío, nacido en Medellín, Colombia, el 6 de agosto de 1939, fue ordenado sacerdote el 6 de septiembre de 1964. Se destacó por su ministerio de predicación y sanación, también porque su trabajo pastoral fue muy cercano a las personas. Se le reconoció jocosamente entre los sacerdotes como “Sanador”, pero él insistía en decir que “los curas sanadores no existen, el único que cura es Dios”.
Recorrió los cinco continentes del mundo proclamando el Evangelio, acción que resaltamos por tener una forma particular de transmitirlo. En cada ciudad o pueblo al que llegaba, invitaba a las personas a acercarse a la fe católica, propiciándoles un fuerte ambiente de reflexión y espiritualidad.
Hoy queremos agradecer al Señor, porque el Padre Darío fue nuestro hermano, nuestro amigo, compañero de camino y de luchas. Fue ese asociado Eudista con un tinte especial, que solo él pudo tener: su sonrisa, sus bromas y sus gozos siempre estarán en nuestros corazones.
También, nos unimos a estas palabras, que el presidente de la Organización Minuto de Dios, el Padre Diego Jaramillo Cuartas, nos compartió respecto a este acontecimiento que hoy conmociona a la Iglesia Católica.
“Me uno al dolor y a la alegría de le Renovación Carismática, al enterarme sobre la pascua que Darío Betancourt realizó desde el hospital de Nueva York hacia la casa del Padre. Darío por todas partes estuvo predicando el Evangelio y orando por los enfermos, pero después de su último viaje al Perú parece que el COVID lo golpeó más fuerte de lo que esperaba, por eso hoy cerró los ojos. Espero que Darío esté bailando como siempre, muriéndose de la risa y molestando a todos en el cielo. Ya lo santos deben de estar diciendo quién es este que vino a molestarnos tanto, pero de tos maneras nos alegramos mucho. Darío escucha desde aquí nuestra oración y que la goces plenamente, ya llego la fiesta que tanto habías anunciado” .
Gracias Dios por el padre Darío tuve la oportunidad de escucharlo en congresos en Bogotá en el campin