Este libro recibe su nombre de la primera palabra que aparece en los textos en griego más próximos a los originales que se conservan, Ἀποκάλυψις se puede traducir como el quitar la cubierta o el revelar. En este caso, su contenido se le atribuye la interpretación de lo que pasará cuando Jesucristo, regrese en su segunda venida gloriosa como Señor y Juez de toda la existencia.
El género apocalíptico:
Este libro, el cual es canónico y está dentro del convenio del compendio del Nuevo Testamento hace parte de una gran literatura que iba apareciendo hacia el siglo II. En ella, se buscaba dar a entender lo que era oculto para muchos, es decir, visiones, alegorías e interpretaciones con el fin de animar al que estaba perdido y así transmitir un mensaje de esperanza para todo aquel que se deseaba acercar a estos escritos. Dentro de estos escritos se hace uso de figuras, símbolos y números los cuales transmiten un mensaje, sin embargo, no debe leerse fuera de los contextos ya que se pueden cometer interpretaciones erróneas.
El apocalipsis de Juan:
Este libro se le atribuye a San Juan, quien fue desterrado en la isla de Patmos a finales del siglo I. La esencia y el contenido de este libro va dirigido a todos los cristianos que estaban siendo perseguidos, puesto que el cristianismo era visto como algo negativo para el imperio ya que no rendían culto a sus deidades y deseaban acabar con esta religión que estaba surgiendo. El centro de este libro es la persona de Jesús en su máximo esplendor, puesto que, aunque narra de manera profética lo que sucederá al final de los tiempos, lleva a la persona a tener gran esperanza en lo que es llamado en el clero como la venida del “mundo futuro”, la integración a la vida de fe y la garantía de la salvación a todo el género humano.
