El Apóstol de Cartagena: San Pedro Claver

San Pedro Claver S.J. (1580-1654) fue un jesuita español que llegó a Cartagena de Indias con un propósito que marcaría la historia: ser misionero entre los más olvidados. En el puerto cartagenero, donde desembarcaban miles de esclavos africanos en condiciones inhumanas, Pedro descubrió el rostro sufriente de Cristo. Allí decidió entregar su vida, proclamándose “esclavo de los esclavos para siempre”.

Cartagena se convirtió en el centro de su misión. Durante más de 40 años, Claver bajaba a las bodegas de los barcos negreros llevando medicinas, alimentos y ternura. Los acogía, los curaba y les hablaba del amor de Dios. Con la ayuda de intérpretes, catequizaba y bautizaba a miles de africanos recién llegados, alcanzando más de 300.000 bautismos. Su palabra sencilla y su gesto cercano fueron evangelio vivo en medio de la desesperación.

Su misión no se limitó a los esclavos: atendía a enfermos de lepra, visitaba cárceles, acompañaba a condenados a muerte y asistía a los más pobres de la ciudad. Su confesionario era refugio seguro, reservado primero para los humildes, incluso si eso incomodaba a las élites de Cartagena. Para Claver, todos tenían la misma dignidad, porque todos eran hijos de Dios.

No todos comprendieron su labor. Algunos lo acusaban de exagerar o de rebajarse demasiado al tratar con los esclavos. Sin embargo, Pedro permaneció fiel a su vocación: vivir el Evangelio hasta las últimas consecuencias. Su fuerza provenía de la oración, la Eucaristía y la austeridad. Durante la peste de 1633 se entregó sin descanso a los enfermos, ejemplo de un amor que no conocía límites.

Pedro Claver murió en Cartagena el 9 de septiembre de 1654, después de 44 años de misión heroica. Fue canonizado en 1888 y declarado patrono de las misiones con los negros y defensor de los derechos humanos. Sus restos reposan en la iglesia que lleva su nombre, en Cartagena, donde aún inspira a creyentes, misioneros y defensores de la dignidad humana.

San Pedro Claver sigue siendo el Apóstol de Cartagena, profeta de la misericordia y testigo de que la verdadera fe se demuestra en el servicio a los más pobres. Su vida nos invita hoy a luchar contra las esclavitudes modernas y a vivir la caridad como fuerza transformadora.

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