Algo está pasando

¡Algo está pasando!, vivimos en un mundo donde se hace necesario estar informado de todo lo que está pasando en el momento. En el afán de lograrlo, a veces se cometen errores como la publicación de falsas noticias o se comunican demasiadas cosas imprecisas e irrelevantes, pero también, claro está, muchas cosas importantes e inquietantes. 

Sin embargo, lo que más me preocupa, es que a veces estemos tan informados de todo y a la vez, de nada y, por consiguiente, tan distraídos de lo que quizás sea lo más importante y trascendental de nuestra existencia humana: la vida como tal; que no estemos viviendo bien.

La gran noticia es lo que ocurre a diario en la vida de los seres humanos, su estado de libertad, sus condiciones de vida, salud, educación, vivienda, afectividad, mentalidad, felicidad. Así de importante como es lo que pueda estar pasando en el mundo, tanto o más importante es lo que está pasando justamente en las personas, que son las que finalmente protagonizan todo lo que pasa en este mundo, lleno de buenas noticias y con tantas otras que preocupan porque se refieren a males, daños, muerte y destrucción de personas, familias, el medio ambiente o la sociedad en general.

¿Será que a veces nos olvidamos de lo más importante?, es decir, ¿será que nos olvidamos de nosotros mismos como seres humanos, como personas y también de Dios que es el que nos ha dado la vida y nos quiere siempre con vida?

Mucho de eso depende de la experiencia de Dios que va teniendo el mundo en general o la propia persona en lo particular. Si “Dios es Amor” (1 Jn 4, 8.16) como lo enseña la Biblia, si además es Él quien da la Vida, pues dijo: “Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10), pero no llegamos a ver o experimentar ese amor y esa vida en abundancia, acá en la tierra, pues podemos deducir entonces que muy probablemente nos esté faltando Dios.

Si eso es así, hay algo que no debemos olvidar, y es que ¡los seres humanos contamos con Dios en este mundo!; pueden pasar muchas cosas buenas en todo sentido y de todas las formas, como en efecto vemos que suceden por todas partes, todo el tiempo. Pero si no contamos con Él, o lo negamos o no le creemos o no nos parece importante, veremos también su ausencia reflejada en falta de amor y muerte. Tal vez, muchos estragos en la naturaleza, muchos males en la sociedad, la política o la economía, o tantos otros acontecimientos de dolor y muerte en las personas, las familias o la sociedad en general se podrían evitar, si no nos olvidáramos de Dios.

Mientras se van dando todo tipo de noticias de lo que pasa en este mundo, trascurre nuestra vida, quizás comprometida en mucho de eso, tal vez pensando cómo cambiar tantas cosas que pasan en el mundo. Tal vez no sea noticia para muchos, pero quizás sea lo más importante y definitivo para cada uno: lo que pasa en su corazón, en su mente, en su vida, mientras todo pasa.

Y allí mientras transcurre nuestra vida, algo está pasando que puede cambiarnos la vida: un Dios que nos ama y quiere darnos vida en abundancia.