“Todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente.” – Colosenses 3:23 (BDH)
El trabajo como camino de transformación
Muchas veces se ve el trabajo solo como una carga o una obligación. Pero desde la mirada espiritual, el trabajo es una escuela de virtud, una manera concreta de servir, crecer y expresar quiénes somos.
El modo en que trabajamos revela nuestro interior. Si lo hacemos con responsabilidad, con alegría, con justicia y con espíritu de servicio, nuestro trabajo deja de ser solo una tarea para convertirse en una ofrenda a Dios.
Trabajar no solo por necesidad, sino con propósito
El trabajo no es únicamente un medio para obtener sustento. Es también un llamado a participar en la creación y en el bien común. Cuando trabajamos con sentido, descubrimos que no importa tanto el tipo de trabajo que hacemos, sino cómo lo hacemos.
San Pablo lo dice con claridad:
“Trabajen con entusiasmo, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los seres humanos.” – Efesios 6:7 (BDH)
Esta actitud transforma cualquier labor —desde el oficio más sencillo hasta la profesión más visible— en una experiencia de crecimiento interior y de servicio a los demás.
Justos, honestos y conscientes
Trabajar con sentido implica también hacerlo con honestidad, justicia y conciencia:
- Sin aprovecharse de otros.
- Sin engañar ni hacer lo mínimo posible.
- Sin dejarse consumir por la ambición o la prisa.
Una persona libre por dentro no trabaja solo por obligación ni por reconocimiento, sino como expresión de su compromiso con el bien y con la verdad.
“El que roba, que no robe más; mejor trabaje honradamente con sus manos para tener algo que compartir con el que lo necesite.” – Efesios 4:28 (BDH)
Práctica espiritual: santificar el trabajo
Durante esta semana, te invito a vivir tu trabajo como un espacio sagrado. Cada mañana, al comenzar tu jornada, puedes decir:
“Señor, que mi trabajo de hoy sea una forma de amarte y de servir a los demás.”
Y al terminar el día, revisa:
- ¿Trabajé con amor y atención?
- ¿Me dejé llevar por la queja o por el desánimo?
- ¿Puse el corazón en lo que hice?
Para meditar y orar
Señor,
que mi trabajo sea reflejo de tu amor.
Enséñame a hacerlo con responsabilidad, alegría y entrega.
Que lo que hoy haga con mis manos y mi mente,
sea semilla de paz y bendición para otros.
Amén.
John Angulo