Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre, Él es el rostro vivo del Padre que vino a materializar y hacer claro el amor que había pasado desapercibido. Sus acciones, cercanía a la persona, humildad y sencillez nos da muestras de todo lo que nosotros, como cristianos estamos llamados a hacer. No es un camino fácil, pero Jesús planteó a todos la importancia de vivir en el amor. Cada uno de nosotros debemos pensar en la manera en la cual se debe llevar la experiencia de interacción con el otro, nuestro amor propio y el impacto que se quiere dejar no solo en los demás sino en la sociedad en general.
Nos amó primero:
Juan 3, 16 nos dice que «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna». La Revelación de Dios parte de una experiencia y es la del amor, Él generosamente ha querido darnos la muestra de su fidelidad, ha salido a nuestro encuentro y ha buscado darnos todos partiendo de algo y es de la disposición de nuestros corazones.
Un llamado a toda la Iglesia y a la sociedad:
El 24 de octubre de 2024 el Santo Padre Francisco ha publicado la encíclica «Nos amó primero» sobre el Corazón de Jesús. En ella invita a toda la sociedad a regresar a lo esencial, lo primario, a lo que con el paso del tiempo se ha venido perdiendo de cara a las realidades líquidas se encuentran en las distintas culturas. Es una invitación para dejarse amar por Dios y a su vez para amar y entregarse a los demás y así poder estar en consonancia con la voluntad de Dios.