Un santo es una persona que, en su vida, se unió plenamente a Cristo y, a través de sus obras, dio testimonio de la misericordia divina. Todos los cristianos están llamados a la santidad, siguiendo el modelo de vida basado en la misericordia y el amor que Jesús enseñó. La Iglesia, tras un proceso riguroso, reconoce a aquellas personas que vivieron las virtudes teologales y cardinales, elevándolas a los altares como santos.
La intercesión de los santos en la Iglesia:
En la Iglesia, miles de personas han alcanzado la santidad, comenzando con la Bienaventurada Virgen María, modelo perfecto de vida cristiana. También están los mártires y apóstoles, quienes entregaron sus vidas por Cristo, confirmando su fidelidad a Dios. Los beatos y santos, habiendo vivido una vida de cercanía plena con el Señor, ahora gozan de la gloria del cielo y forman parte de la Iglesia triunfante, intercediendo por nosotros.
Nuevos santos:
El pasado domingo 20 de octubre de 2024, el Papa Francisco canonizó en la Plaza de San Pedro a varios nuevos santos, incluyendo a los Mártires de Damasco, un grupo de 7 frailes capuchinos españoles, tres laicos, y un fraile austriaco, que dieron su vida por la fe en Siria en el siglo XIX. Entre los nuevos santos también están Giuseppe Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata, Marie-Léonie Paradis, fundadora de las Hermanas de la Santa Familia de Nazaret, y Elena Guerra, conocida como la ‘abuela de la Renovación Carismática Católica’ por su promoción del Espíritu Santo en la vida cristiana.
Un llamado para todos los cristianos:
Los santos son un recordatorio vivo del llamado de Dios a la santidad para todos nosotros. Su vida y sus obras reflejan un compromiso con el Evangelio y una entrega total a la voluntad divina. A través de su intercesión, nos invitan a seguir su ejemplo y buscar una relación más cercana con Cristo.