Elena Guerra nació el 23 de junio de 1835 en Lucca, Italia. Creció en una familia de gran poder adquisitivo. Sin embargo, desde muy joven se sintió llamada a estudiar la Palabra de Dios. En medio de una peregrinación a Roma vive una profunda experiencia de Dios y confirma su deseo de consagrarse enteramente a Dios. Se sintió llamada por el Espíritu Santo y es por esto por lo que el 17 de abril de 1895 le envía una carta al Papa León XIII, en donde le manifestaba su inconformidad por la poca atención que se le prestaba al Espíritu Santo. Gracias a ella, se difunde la gran devoción por la tercera persona de la Santísima Trinidad. Escribió varios libros acerca del Paráclito y le envía al Papa León XIII una novena de Pentecostés llamada “El Nuevo Cenáculo”. Formó una congregación de religiosas llamadas las Oblatas del Espíritu Santo. Falleció el 11 de abril 1914
Una mujer inspiradora para la Iglesia y para toda la Renovación:
Gracias a su deseo incesable por dar a conocer al Espíritu Santo el Papa León XIII presidió la misa que marcaba el paso del Siglo XIX al Siglo XX y allí entonó el Veni Crator Spiritus. A ella se le considera como la abuela de la Renovación Católica Carismática y de una u otra manera sentó las bases para que se hablara más del “gran desconocido”. Su proceso de canonización inició en 1953 y en junio de ese mismo año el Papa Pio XII la declaró venerable. Fue beatificada el 26 de abril de 1959 por el Papa Juan XII quien le dio el título de Apóstol del Espíritu Santo. El próximo 20 de octubre el Papa Francisco la canonizará y la Iglesia tendrá una nueva Santa que inspirará a muchos a continuar creciendo en la intimidad con el Divino Espíritu.
