Por consagración se puede entender que una cosa, objeto o persona se hace sagrado, es decir se separa para una función específica. En términos de fe, la consagración es la unión de una persona con Dios mediante un vínculo estrecho que la configura con la voluntad del Padre.
Dios muestra su amor en todo momento:
Todos en la Iglesia, somos consagrados de una u otra manera a la voluntad de Dios, desde el Antiguo Testamento Dios desarrolla una alianza con el Pueblo, los libra de su esclavitud para que estos se relacionen con él y vivan mediados por el amor. En el Nuevo Testamento, a través de la figura de María, vemos su abandono total a la providencia del Señor. Ella se consagra al Padre, acepta sus promesas y permanece fiel hasta el final.
Una gracia para toda su Iglesia:
La vinculación de una persona a la Iglesia de Jesucristo comienza con el bautismo, donde inicia su entrega al Señor, que se perfecciona con el tiempo hasta culminar en la confirmación, cuando recibe un carácter indeleble. A través de este sacramento, Dios confirma su posesión sobre la persona, quien libre y espontáneamente se consagra y entrega su vida a Él.
Más formas de estar consagrado al Señor:
Los sacramentos que vinculan y accionan a la persona a Dios se complementan con las constantes confirmaciones de las personas de estar con el Señor. Es por ello por lo que muchos tienen a consagrarse a bellas devociones como las del Sagrado Corazón de Jesús o al dulce Corazón de María. En el Minuto de Dios viviremos una gran experiencia el próximo sábado 26 de octubre desde las 2:00 pm. Tendremos un momento especial para clamar la intercesión de mamita María y también celebraremos la Santa Misa presidida por el P. Javier Riveros, Director de EMD Bogotá-Medellín. No te puedes quedar por fuera de esta gran experiencia en Jesucristo.