Oremos todos como Él nos enseñó

La oración es el medio por el cual dos personas se comunican, dentro de los pasajes bíblicos se encuentran alusiones del diálogo que tenían los hombres con Dios, sus profetas, sus elegidos y hasta el mismo Jesucristo. Con Jesús, el rostro del Padre se encarna en la humanidad y él se convierte en el modelo perfecto que enseña al hombre a comunicarse con el Padre.

Jesús oraba en todo momento:

Durante todo el ejercicio de su ministerio público Cristo se dedicó a orar, sin importar la situación ni las circunstancias. Dirigía oraciones de acción de gracias, de perdón, en los momentos de tribulación y también glorificando al Padre. Los discípulos al enfrentar la novedad de no conocer cómo comunicarse con Dios le piden que les enseñe cómo orar. Dicho ejemplo debe ser traído a colación en la actualidad y es que Jesucristo, siendo el Hijo de Dios, comprendía la necesidad de estar comunicado con el Padre para hacer su voluntad.

Llamados todos a imitar su ejemplo:

Las acciones de Jesucristo configuran el ejemplo de todo aquel que se considera cristiano. Todos están llamados a tener una comunicación constante con Dios, la Iglesia, en su labor como educadora ha dispuesto distintos espacios para compartir la oración para la alabanza del Padre. Siendo la celebración litúrgica la máxima expresión de alabanza por medio de la oración. Sin embargo, no solo es en la misa donde se ora a Dios, también se debe buscar la manera de hacerlo en momentos de alegría y de tristeza. En donde se le hable a él como un buen amigo, se comuniquen las necesidades y se logre comprender su voluntad, todo esto con el fin de ser consecuentes con el amor tan grande que ha tenido con cada uno.

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