El Diálogo Ecuménico:
Desde sus inicios, la Iglesia se ha caracterizado por buscar mantener la unidad dogmática donde está presente. Sin embargo, esto no resultó del todo fácil debido a diversos factores políticos, culturales y sociales que generaron cismas internos, masificando las formas de vivir el cristianismo. Con la aparición de distintas confesiones a lo largo de la historia de la Iglesia, comenzando con las protestantes, se vio la necesidad de dialogar con ellas para trabajar en pro de la unidad, sin buscar la unicidad ni atropellar las creencias de quienes se consideran seguidores de Cristo.
Los Intentos de Unidad de los Cristianos:
Hacia 1908, Paul Wattson y Spencer Jones lanzaron lo que se conoce como el «Octavario por la Unidad de la Iglesia», que tuvo una gran acogida en el mundo protestante. El Padre Paul Wattson fundó la Sociedad de la Expiación, que tenía como objetivo promover la unidad de los cristianos. Posteriormente, con la ocasión del Concilio Vaticano II, la Iglesia comenzó a promover el diálogo ecuménico. Como resultado de ello, surgieron diversos espacios de diálogo, se restauraron relaciones con iglesias que se habían separado de la cercanía de Roma y se crearon organismos como el Consejo Mundial de Iglesias para las confesiones que no estaban en comunión con el Romano Pontífice. En la Iglesia Católica, se formó lo que se conoce como el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos:
Es importante recalcar el deseo que ha existido en la Iglesia de mantener la unidad en medio de la diversidad. No son tiempos fáciles y es importante reconocer que hay más cosas que unen a los cristianos que las que los separan. Respetando la diversidad de manifestaciones, pero teniendo claro que, en la oración, todos se dirigen al Padre clamando por un mejor porvenir para el mundo.
Esta gran jornada de oración se celebró en Colombia y muchos lugares del mundo del 20 al 27 de mayo de 2024.