El Catecismo de la Iglesia Católica, en los numerales 616 y 617, recuerda que el amor que el Padre ha tenido por su Creación se consuma en plenitud en el sacrificio expiatorio en la Cruz. La carta a los Efesios 2, 5 resalta que, aunque el género humano esté perdido por el pecado, el hombre ha recibido la Salvación por la Justificación que es dada por Cristo.
¿Por qué se celebra?
Se exalta la Cruz, ya que esta, aunque era signo de escándalo para su tiempo, fue usada como instrumento sagrado por la entrega de Cristo por todo el mundo.
Su historia:
Se cuenta que la madre del emperador Constantino, Santa Elena, encontró restos de la Cruz de Cristo en Jerusalén. Los judíos habían escondido la Cruz del Señor para que esta no fuera venerada por los cristianos. En su búsqueda encontraron tres cruces, pero no se sabía cuál era la de Jesús. Por inspiración divina, hizo una procesión con las tres cruces junto a una mujer que estaba en agonía. Cuando pasó la Cruz en la que había muerto el Señor, se sanó inmediatamente y con este milagro se entendió que era la Cruz que se estaba buscando.
El Viacrucis:
El «Vía Crucis» que se medita en la Semana Santa es el recordatorio del camino que recorrió Jesucristo desde el Pretorio hasta el Monte Calvario. Este tiene 14 estaciones que se fundamentan en distintos pasajes bíblicos de los Evangelios y que llevan al creyente a acompañar esta gran entrega de amor por parte del Salvador.