El tiempo de cuaresma está compuesto por 5 domingos los cuales van preparando el camino hacia la celebración de la Semana Mayor. Durante este tiempo el color que predomina en el tiempo litúrgico es el morado, el cual llama a vivir en una actitud penitente, de ayuno, oración y limosna. Son 40 días en los cuales se medita sobre el misterio del Señor, se evalúa la manera en la cual se ha vivido y se da la apertura al Espíritu Santo para que sea Él el que renueve todo sobre la faz de la tierra.
Sin embargo, en el tiempo de cuaresma se encuentra un domingo en donde el color litúrgico no se supeditado al morado si no se puede usar el rosado. Este es el domingo de Laetare (Domingo de la alegría) el cual recibe su nombre de las primeras letras de la antífona que el sacerdote proclama al iniciar la Misa. Es un día que tiene una connotación especial ya que está marcado por la alegría ya que se recordará y actualizará el misterio pascual en toda la Iglesia.
Esto tiene un sentido profundo y se comprende en la medida en que Cristo vino al mundo, entregó su vida por todas las personas y fue humillado hasta la muerte por amor a todo el género humano. Aunque vivió en carne propia estas atrocidades, su entrega desmedida es signo de alegría para los cristianos y es ahí donde se ve con un sentimiento de alegría y de profunda paz la entrega del Señor. También, la Iglesia anima a los fieles a culminar en una actitud alegre el tiempo de cuaresma con la certeza de la resurrección del Señor.